Beneficios de tocar música: 10 razones para aprender un instrumento musical y transformar tu vida
Tocar música es mucho más que una habilidad artística: es una forma de expresión, de desarrollo personal y de bienestar integral. No importa si eres niño, adolescente o adulto; aprender un instrumento puede cambiar la manera en la que piensas, sientes y te relacionas con el mundo.
Numerosos estudios científicos confirman que la práctica musical tiene efectos positivos en la mente, las emociones y las habilidades cognitivas. Desde la mejora de la memoria hasta el aumento de la autoestima, los beneficios se extienden a todas las etapas de la vida.
En esta guía te contamos los principales 10 beneficios de tocar música según la ciencia y, por supuesto, la experiencia real de nuestros alumnos en la Escuela de Música Erizo. Y si al final sientes que es tu momento para empezar, te contamos cómo hacerlo paso a paso.

- 1 Los 10 grandes beneficios de tocar música
- 1.1 1. Mejora la concentración y la memoria
- 1.2 2. Reduce el estrés y mejora el bienestar emocional
- 1.3 3. Refuerza la autoestima y la motivación
- 1.4 ¿Te gustaría probar una clase gratuita?
- 1.5 4. Estimula la creatividad y la expresión personal
- 1.6 5. Mejora la coordinación y la psicomotricidad
- 1.7 6. Desarrolla la inteligencia emocional
- 1.8 7. Fomenta la perseverancia y la disciplina
- 1.9 8. Favorece el trabajo en equipo
- 1.10 9. Estimula el rendimiento académico y cognitivo
- 1.11 10. ¡Es divertido!
- 2 ¿Quién puede beneficiarse de tocar música?
- 3 ¿Cómo empezar a tocar un instrumento musical?
- 4 Conclusión
- 5 Preguntas frecuentes
- 5.1 1. ¿Qué beneficios tiene tocar música en los niños?
- 5.2 2. ¿Es tarde para aprender música siendo adulto?
- 5.3 3. ¿Qué instrumento es más fácil para empezar?
- 5.4 4. ¿Se puede aprender música online con buenos resultados?
- 5.5 5. ¿Cuánto tiempo se tarda en aprender a tocar un instrumento?
- 5.6 6. ¿Qué necesito para empezar a aprender música online?
- 6 Biliografía
Los 10 grandes beneficios de tocar música
1. Mejora la concentración y la memoria
Tocar un instrumento implica una combinación intensa de atención, coordinación y memoria. Ya sea siguiendo una partitura, memorizando acordes o ajustando la digitación, el cerebro se mantiene activo y enfocado. Esta estimulación mejora la atención sostenida, la memoria de trabajo y la retención a largo plazo.
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2014) demostró que los músicos tienen una mayor capacidad para concentrarse en tareas complejas y que su memoria verbal y visual está significativamente más desarrollada que la de personas no músicos.
2. Reduce el estrés y mejora el bienestar emocional
Tocar música tiene un efecto terapéutico y regulador sobre el sistema nervioso. Al practicar un instrumento, el cuerpo libera endorfinas y dopamina, neurotransmisores relacionados con el placer y el bienestar.
Según la American Psychological Association, la música puede actuar como una forma de “meditación activa” que ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y los pensamientos negativos.
Muchos de nuestros alumnos adultos nos cuentan que las clases online se han convertido en su momento favorito del día, una auténtica desconexión mental y emocional.
3. Refuerza la autoestima y la motivación
Aprender un instrumento musical es un proceso progresivo que implica superar retos, ganar confianza y celebrar logros. Cada nuevo acorde, canción o improvisación refuerza la autoeficacia y la motivación interna.
La práctica musical permite que el alumno sienta que avanza por méritos propios, lo que refuerza su autoestima. Y lo mejor: estos efectos se trasladan a otras áreas de la vida como el trabajo, los estudios o las relaciones personales.
¿Te gustaría probar una clase gratuita?
4. Estimula la creatividad y la expresión personal
Tocar música no solo consiste en reproducir notas, sino en interpretarlas, sentirlas y hacerlas propias. Es un espacio para la creatividad libre, la improvisación y la composición.
Esto fomenta el pensamiento divergente y la capacidad de expresar ideas o emociones de forma única. La creatividad musical es especialmente valiosa para adolescentes y adultos que buscan formas sanas y constructivas de canalizar lo que sienten.
5. Mejora la coordinación y la psicomotricidad
Muchos instrumentos requieren movimientos complejos, precisos y sincronizados entre manos, dedos, pies o incluso la respiración. La práctica regular mejora la coordinación visomotora, la motricidad fina y la agilidad corporal.
Estudios han demostrado que los niños que tocan instrumentos de forma habitual desarrollan mejores habilidades motoras que sus compañeros no músicos.
6. Desarrolla la inteligencia emocional
Interpretar música implica entender y transmitir emociones. A través de esta experiencia, se desarrolla una mayor conciencia emocional, tanto propia como ajena, y se fortalecen habilidades como la empatía y la autorregulación.
En nuestras clases, los alumnos aprenden a identificar cómo se sienten a través de lo que tocan. La música se convierte en una herramienta para conocerse mejor.
7. Fomenta la perseverancia y la disciplina
El progreso musical requiere constancia, repetición y paciencia. A través de la práctica diaria, los alumnos desarrollan una mentalidad de esfuerzo sostenido y aprenden a no rendirse ante la dificultad.
Esta perseverancia es transferible a cualquier ámbito de la vida. Aprender que el éxito llega paso a paso, y no de inmediato, es una de las mejores lecciones que se puede obtener de la música.
8. Favorece el trabajo en equipo
Aunque se puede aprender música de forma individual, tocar en grupo (ya sea en dúos, tríos, combos o coros) enseña a escuchar activamente, a respetar turnos y a colaborar con los demás.
La música en grupo desarrolla el sentido de comunidad, la empatía y la responsabilidad compartida. Ideal tanto para niños como para adultos.
9. Estimula el rendimiento académico y cognitivo
Múltiples estudios han demostrado que los alumnos que estudian música tienden a obtener mejores resultados en matemáticas, comprensión lectora y razonamiento lógico.
Un informe del National Association for Music Education encontró que los estudiantes con formación musical superaban a sus compañeros en pruebas académicas estandarizadas.
10. ¡Es divertido!
No lo olvidemos: tocar música es ante todo una experiencia divertida. Aprender tu canción favorita, improvisar con otros o simplemente disfrutar del sonido de tu instrumento es una fuente constante de alegría y motivación.
Y la diversión es clave para mantener la constancia. Cuando algo nos hace disfrutar, es más fácil integrarlo en nuestra vida a largo plazo.
¿Quién puede beneficiarse de tocar música?
La música no entiende de edades ni niveles previos. Aprender a tocar un instrumento está al alcance de cualquiera que tenga interés, curiosidad y ganas de disfrutar del proceso. Y lo mejor es que los beneficios se adaptan a cada etapa de la vida, aportando cosas distintas pero igualmente valiosas.
Durante la infancia, el aprendizaje musical favorece el desarrollo integral del cerebro. Estimula la atención, el lenguaje, la memoria y la motricidad fina. Además, mejora la socialización, la autoestima y la expresión emocional.
En muchos casos, la música también sirve de apoyo en etapas donde los niños experimentan nerviosismo, falta de concentración o timidez. Y al ser una actividad lúdica, les motiva sin que lo vean como “otra tarea más”.
En nuestra escuela, hemos visto cómo niños que no conectaban con otras actividades escolares florecen al encontrar en la música una vía de expresión propia.
Beneficios de tocar música en adolescentes
Para los adolescentes, tocar música puede convertirse en una herramienta clave para la gestión emocional, la identidad y la motivación. Es una etapa de búsqueda y exploración personal, y la música canaliza emociones como pocas actividades lo hacen.
Además, fortalece habilidades como la constancia, la disciplina y la creatividad, en un entorno que les permite expresarse sin juicio. Muchos jóvenes encuentran en la música una pasión duradera que los acompaña durante toda su vida.
Cada vez más adultos deciden aprender un instrumento como forma de cuidar su bienestar mental, desconectar del estrés diario y dedicarse un tiempo de calidad para sí mismos.
La música se convierte en un espacio personal: un hobby que no solo relaja, sino que también mantiene la mente activa, mejora la memoria y refuerza la autoestima. Y lo mejor: puedes empezar desde cero sin necesidad de haber tenido contacto previo.
Tenemos alumnos que empiezan con 30, 40 o 60 años… y muchos coinciden en lo mismo: “¡Ojalá hubiese empezado antes!”
Beneficios de tocar música personas mayores
Tocar música en la tercera edad ayuda a prevenir el deterioro cognitivo, mantener la coordinación y mejorar el estado de ánimo. También promueve el contacto social y la conexión emocional, tanto con los recuerdos como con otras personas.
Hay estudios que demuestran que aprender música en edades avanzadas es una forma efectiva de estimular el cerebro, especialmente en lo relacionado con el lenguaje, la memoria auditiva y la agilidad mental.

¿Cómo empezar a tocar un instrumento musical?
Aprender música es más sencillo de lo que parece. Aquí te damos algunos pasos clave:
- Elige tu instrumento favorito (o deja que te asesoremos).
- Empieza con clases online estructuradas, como las que ofrecemos en la Escuela de Música Erizo.
- Establece una pequeña rutina semanal de práctica.
- Disfruta del proceso sin prisas ni presiones.
Conclusión
Tocar música transforma. Es una herramienta para crecer, conectar y disfrutar. Ya lo hemos visto en el artículo: mejora tu mente, tus emociones, tus relaciones… y te regala una forma única de expresarte.
En la Escuela de Música Erizo estamos convencidos de que la música está al alcance de todos. Y tú, ¿quieres descubrir todo lo que puede aportarte?
Preguntas frecuentes
Biliografía
- American Psychological Association. (2013). Music as medicine. Monitor on Psychology, 44(11). Recuperado de: https://www.apa.org/monitor/2013/11/music
- National Association for Music Education (NAfME). (2012). The Benefits of Music Education. Recuperado de: https://nafme.org
- Schlaug, G., Norton, A., Overy, K., & Winner, E. (2005). Effects of music training on the child’s brain and cognitive development. Annals of the New York Academy of Sciences, 1060(1), 219–230. https://doi.org/10.1196/annals.1360.015
- Zuk, J., Benjamin, C., Kenyon, A., & Gaab, N. (2014). Behavioral and neural correlates of executive functioning in musicians and non-musicians. Frontiers in Psychology, 5, 603. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2014.00603
Marketing Manager en Grupo ERIZO
Graduada en Comunicación, especializada en Cine Documental y Marketing Digital, con estudios en música y clarinete. Apasionada del lenguaje, el arte y las relaciones humanas, ha desarrollado una sólida trayectoria en marketing, comunicación y creación.
Cree en el poder de las palabras para conectar con las personas. Le motiva crear contenidos que inspiren, acompañen y abran nuevas puertas a quienes buscan crecer o reinventarse.